El viernes 6 de julio de 2012, en el programa «Ni Más Ni Menos» de la cadena vasca ETB-2, se emitió el debate titulado «¿Se debería poder practicar nudismo en todas las playas?». Durante el debate los espectadores pudieron opinar y el resultado fue que el 98% opinaban que sí. Aquí te dejamos el debate.
En él participan la presidenta de ENE, La Asociación de Naturistas Vascos, y Arturo, miembro de su directiva y conocido luchador por las libertades.
Nuestro afán de contribuir a la mejora de la sociedad, liberándola del grave perjuicio que supone el rechazo a la desnudez humana y su consiguiente deshumanización y comercialización, nos lleva a asistir a este tipo de debates y a casi todo lo que nos ofrecen los medios de comunicación. Y el resultado suele ser bueno, como habréis visto en este vídeo y en otros muchos que vamos colocando en espacios como vimeo.com/naturismo.
Pero hagamos una reflexión sobre los llamados «debates». ¿Se puede debatir sobre todo?
Veamos unos ejemplos:
¿Se debería poder hacer top-less en todas las playas?; ¿Se debería permitir gente con piercings o tatuajes en todas las playas? No todo es debatible. No debatimos sobre la pena de muerte en Europa. No ponemos juntos en igualdad de condiciones a un terrorista y a una víctima en un plató de televisión. No debatimos racismo, sí o no.
¿Por qué, entonces, admitimos debatir si es posible que alguien nos obligue a vestirnos para bañarnos, para disfrutar de la playa?
Disfrutar de la playa sin la perjudicial ropa, ya sabemos que, es una de nuestras libertades sobre la que no cabe debate alguno; nadie debe dictarnos la ropa que debemos llevar; el cuerpo humano no es criminalizable. Y sin embargo, aceptamos el debate con la loable intención de difundir nuestro pensamiento, nuestra filosofía. Y seguiremos haciéndolo, claro que sí.
Pero os propongo un pequeño cambio en dos aspectos:
1º Cuando nos llamen para un debate, podemos explicar a quien nos llama que en vez de un debate sí/no, deberían realizar una tertulia con naturistas activistas de nuestras asociaciones, para informar sobre esta libertad y para transmitir nuestra filosofía que es de gran aporte para la mejora de la sociedad.
2º Una vez en el programa (de tipo sí/no), hacer una pequeña introducción que muestre que tal debate no es posible ni deseable, que realmente se trata de un programa de respeto sí, respeto no. Una persona sin prejuicios no tratará de obligar a nadie a que prescinda del «bañador», lo respetará, aunque esté convencido de que su uso es producto de una errónea educación, siempre dejando clara su visión humanizante del cuerpo humano no como algo vergonzoso sino siempre digno y respetable.
Para terminar, nos queda por valorar la idoneidad de la pregunta realizada: es claro que es errónea, como curiosamente se encarga de afirmar el entrevistador al principio del programa, pues Sí Se Puede, legalmente hablando. Y esto no se puede cambiar, ya que estamos en un estado democrático de derecho. La pregunta podría haber sido: ¿le importa a Ud. que haya personas desnudas en todas las playas?
Esta pregunta y este tipo de programas deben servir para averiguar y aumentar la tolerancia de los ciudadanos, como corresponde a la misión educativa de una televisión pública como la ETB.
Estoy de acuerdo. Lo positivo es que se deje bien claro la legitimidad del nudismo. Eso es lo que creo que ha conseguido Maite y Arturo. Lo negativo es que se den opciones a prohibirlo con la dichosa pregunta típica ¿debe estar permitido o prohibido?. Si soy invitado a algún programa de este tipo procuraré influir para que la pregunta sea ¿le preocupa como va la gente vestida o desnuda? y/o ¿porqué le preocupa la indumentaria del prójimo? y/o ¿prefiere ver diversidad de indumentarias o uniformidad de criterios en las modas?
Cordiales salu2 desnu2, lo+natural. Julián.