AGUA QUE NO SE DERRAMA
(AUTORA: Patricia Karina Vergara Sánchez)
Desmoronas al mundo,
en tu hacer de cada día.
Parece que sabes que es tu tarea,
más importante que cualquier otra.
Como si al amanecer enumeraras los deberes:
Lavar la ropa.
Patear al patriarcado.
Alimentar a las gallinas.
Acompañar a una amiga.
Traer los víveres.
Silenciar a un misógino.
Coser la falda roja.
Vas por la calle, para el mercado
y detienes, retadora, la mano del acosador
antes de que toque a la niña.
Confrontas
a la que se ha pintado de rubio el cabello,
le preguntas que si no se mira prieta en el espejo.
Asistes a misa y le dices al curita ese
que qué panzón está hoy
y qué flacos andan los niños.
Cuando te señalan los corrillos
que por qué eres madre sola
contestas que no estás sola
que te tienes contigo.
Cuando te pregunto
que por qué te llamas feminista
qué entiendes tú de la palabra esa,
en esta provincia escondida.
Tú me dices que te imaginas,
que tal vez, que ha de ser,
como cuando hay sed en este pueblo.
Cuando las mujeres acarrean las cubetas de agua,
se ayudan, todas juntas,
todos los días,
por el mismo camino.
Asistes a la asamblea y le dices al sindicalista ese
que qué panzón está hoy
y cuántas mujeres hay en paro…
Ya está bien de disparar siempre hacia el mismo lado.