Más cerca en el tiempo, cada
vez son más los ciudadanos y ciudadanas
que optan por prescindir totalmente del bañador
y que no les gusta ser calificados como nudistas,
sino como bañistas con una opción
tan válida como cualquier otra de disfrutar
de la naturaleza.
Con el fin de incentivar esta línea
de normalización, la Federación
Española de Naturismo convocó
el pasado día 15 de julio a sus socios
y a todos los ciudadanos al primer “día
sin bañadores” con una buena acogida
tanto de asistentes como de medios de comunicación.
Una vez terminada la jornada y dejados
transcurrir algunos días para recopilar
todas las reacciones, estamos en condiciones
de analizar resultados.
La jornada se dio a conocer previamente
mediante un artículo en El País,
seguido de una nota de EFE publicada en numerosos
medios y de un debate en la Cuatro, así
como de numerosas emisoras de radio.
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Y por supuesto a través de la web de la FEN y
las de sus asociaciones. Cámaras de Tele5, Televisión
Española, la Sexta, Antena3 y La Vanguardia
se desplazaron a playas de la costa y del interior (en
Madrid al Pantano de San Juan), elaborando reportajes
para los noticiarios o telediarios y para programas
especiales.
Observamos que los programas de noticias no censuran
las imágenes. Es claro, por tanto, que conocen
bien la naturalidad y legalidad del cuerpo humano y
no lo criminalizan o lo retiran a horas nocturnas. Nos
felicitamos una vez más por ello. Igual sucede
con la prensa: El País, El Mundo
e incluso La Razón no dudan en publicar
desnudos integrales cuando de Naturismo se trata. |
Aun así merece la pena analizar
brevemente los argumentos de los pocos que aún pretenden
limitar nuestras libertades, argumentos que se han repetido
estos días con ocasión del día sin bañadores.
El que más se repite, sin duda, es el de una
pretendida protección a la infancia: “¿no
ven que hay niños?”, suelen objetar algunos.
Los niños son los que mejor aceptan la desnudez, o
incluso, en edades tempranas, ni la advierten. Es la educación
entre comillas, la que a base de repetirles miles de veces
frases como “¡marrano, vístete!”
lo que les va haciendo identificar con el paso del tiempo
como algo negativo la desnudez. La UNICEF, máximo órgano
internacional para la defensa de la infancia, no considera
la visión de la desnudez humana perjudicial para la
infancia. Las enfermedades de juventud de nuestra sociedad
como son la anorexia o la bulimia, derivan directamente de
la falta de aceptación del propio cuerpo, que puede
deberse en buena parte a la ocultación de los cuerpos
normales ante los menores, dándoles sólo acceso
a la visión de cuerpos perfectos mostrados en la publicidad.
La práctica totalidad de la comunidad de psicólogos
y educadores, no adscritos a ideologías fundamentalistas,
está de acuerdo en que es negativo formar a los niños
en contra de su propio cuerpo. En la mayoría de los
hogares españoles ya no se oculta la desnudez. Hay
que añadir que el Naturismo es un movimiento familiar
y que estudios realizados sobre familias naturistas a lo largo
de toda la etapa de crecimiento demuestran la bondad de esta
educación.
En uno de los programas de TV aludidos una señora
acudió a lo de “hay niños”. La entrevistadora
le preguntó, “¿por qué no deben
ver gente desnuda?” y ella no supo responder, lo que
demuestra que en muchos casos es una información asumida
sin mentalidad crítica alguna: “es así
porque siempre ha sido así” sin mayor argumento.
Este mismo, en realidad, es el motivo por el que mucha
gente sigue usando bañador, porque se lo pusieron sus
padres de pequeños y siempre ha sido así, no
hace falta analizarlo.
Otra gente acude al argumento de “la higiene”,
sin darse cuenta de que el bañador es fuente de falta
de higiene, sobre todo en las piscinas, al impedir el lavado
de todo el cuerpo en la obligatoria ducha antes de meterse
al agua, y sin advertir que las personas desnudas siempre
ponen una toalla entre su cuerpo y la silla antes de sentarse.
Un argumento sorprendente, pero que se escucha a menudo, es
del tipo “les aseguro que el que paseaba no tenía
ningún parecido con el último chico Martini”,
o con Claudia Schiffer, en el caso de una mujer. No deja de
ser una versión light de la eugenesia. Sin llegar
a postular la eliminación de los individuos defectuosos
o menos agraciados físicamente, al menos sí
se pretende privarles de su derecho a dejarse ver. Este tipo
de actitudes se basan en un, por suerte inexistente, “derecho
a no ver lo que a uno no le guste” o le incomode. ¡Tantas
cosas hay que no nos gustan! Las urbanizaciones dedicadas
al Naturismo, que cada vez abundan más por nuestras
costas, se llenan de ancianos durante la temporada invernal,
como todas las urbanizaciones. Un paseíto por esas
urbanizaciones en invierno le convendría a más
de uno o una para eliminar sus carencias educativas. El Naturismo
aporta mucho en este aspecto, al igual que en otros muchos,
a nuestra cultura y a nuestra espiritualidad. Así lo
vio una conocida directora de cine que tiene en mente la realización
de un documental con minusválidos Naturistas. El Naturismo
rompe con la comercialización del cuerpo humano, cada
vez más presente en nuestra sociedad.
Pero no todo es positivo en este análisis; aún
existen individuos intolerantes en nuestra sociedad que permiten
que todavía uno pueda jugarse la vida, aunque parezca
increíble, por el mero hecho de darse un baño
desnudo. Aún existen actitudes “nudo-fóbicas”
como la que sufrió un socio nuestro en Cataluña,
en la playa de Mataró, que terminó en el hospital
tras ser agredido por unos energúmenos. O actitudes
antidemocráticas como la de aquel agente consultado
por teléfono por una mujer escandalizada a la que respondió,
“no podemos hacer nada, eso pasa por votar a quien no
debe”. El agente debió decir más bien,
“eso pasa por estar en democracia”. Con Franco
se hubiera aplicado lo que entendían entonces por moral
católica; con Hitler no tendría que aguantar
ver judíos, ni negros, ni gitanos, y con el tiempo
nada que no fueran alemanes de cuerpos perfectos; en la Sudáfrica
del Apartheid no tendría que compartir algunos espacios
públicos con los negros. Los nudistas, “¡que
se vayan a sus playas!”, ¡que se vayan también
a sus ghettos!
Para terminar, una curiosa objeción de un locutor
que me entrevistaba sobre el día sin bañadores:
los móviles. Hoy en día todo el mundo lleva
una cámara en su móvil, y el riesgo de ser fotografiado
desnudo en una playa y terminar en cualquier web era la única
preocupación del entrevistador, que deseaba unirse
a “la nueva moda”, como la llamó, pero
los móviles le echaban para atrás, al ser algo
famoso. Le respondí recurriendo a la evolución
del top-less en nuestras playas. Ya muchos famosos
ignoran las cámaras si están de esa guisa en
una playa, porque se ha normalizado. Normalicemos lo que es
normal: estar desnudos en las playas, y el efecto será
el mismo. Empezará a no importarnos que nos fotografíen
tal como somos, porque de hecho no debería importarnos.
En definitiva, la campaña ha sido un éxito total,
apenas empañado por los nudo-fóbicos de Mataró.
La repetiremos año tras año hasta que el uso
o no de bañador en nuestras playas sea una opción
más del bañista, hasta que el respeto sea mutuo
y paralelo: “yo no te obligo a desnudarte, tú
no me obligues a vestirme”. Transmitiremos nuestra buena
experiencia a la Internacional Naturista, en la que estamos
integrados, para que las otras más de 30 federaciones
la imiten si lo desean, dentro de sus limitaciones legales
en su caso.
Ningún frente de lucha por nuestras libertades
civiles es menos importante que otro.
Puedes consultar el manifiesto que se difundió
en el primer “Día sin Bañadores”
en nuestra web: www.naturismo.org/acontecimientos/diasinbanyadors.html
así como las apariciones en medios de comunicación
que en ella se reflejan.
Ismael Rodrigo,
Presidente de la FEN
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